lunes, 14 de mayo de 2012

Mimos

¡Hala, ya tengo la bicicleta con la primera revisión pasada!

Me han ajustado los cambios y la cadena no se ha salido más, así que vuelve a estar como nueva. Ya puedo irme con ella hasta el fin del mundo... Bueno, a lo mejor no tan lejos, que luego hay que volver.

Y como no pienso seguir cayéndome ni maltratarla de ninguna otra manera, espero que no me haga falta pasar por el taller hasta el año que viene. Pero parece que para eso tengo que dedicarle unas atenciones mínimas:


  • Ajustes diarios: Hay que revisar cadena, llantas, frenos... (vamos, todo)  y estar pendiente de ruidos raros antes de cada salida.

  • Presión de las ruedas: Lo hago una vez al mes en la gasolinera, si no noto antes que han perdido aire. Esto me lo he autoimpuesto desde el principio, porque me parece importante que el hinchado vaya siempre igual.

  • Limpieza y engrase: Cada 200 kilómetros es lo recomendado, porque no se me tendría que ensuciar demasiado. Parece fácil, pero ya veremos...

  • Otros ajustes (frenos, cambios y demás): La cosa se complica, aunque al hacer pocos kilómetros y en ciudad igual puedo saltármelo, siempre que respete el siguiente paso.



De todas maneras, nada de lo anterior sirve si falta esto:


El accesorio imprescindible en cualquier vehículo


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